-Muéstreme sulicencia y registro.
Pero todo estaba en orden. A lo que dijo el policía:
- Encienda las luces y haga las señales.
Otra vez, todo estaba bien. Al ver que nada podía hacer en contra del pastor, le dijo: Ok, se puede ir, pero tenga mucho cuidado.
A esto el pastor le respondió:
-No se preocupe, yo siempre voy con Dios y con el Espíritu Santo.
El policía le dijo:
-¡Aja, tres en una moto! Tenga su multa.
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