sábado, 22 de junio de 2013

"Caras vemos, corazones no sabemos"

Los seres humanos somos capaces de actos sublimes, de entregas totales basadas puramente en el amor, pero también tenemos un lado oscuro tan profundamente arraigado en nosotros que cuando se deja ver, cuando sale a la superficie, es capaz de actos inimaginables.

Esa dualidad humana es la que ha quedado al descubierto en el caso de los tristemente célebres secuestros de Cleveland, Ohio.

Por un lado tenemos a unos padres que nunca se dieron por vencidos cuando un día sus hijas desaparecieron. Louwana Miller estuvo convencida hasta el día del  fallecimiento que su hija Amanda Berry no había muerto, sabía que tenía una buena excusa para no haber regresado a casa, alguien se lo estaba impidiendo. Por eso buscó, reclamó, indagó hasta el día en que la muerte le ganó la partida.  Murió del corazón, dicen que ese órgano vital no aguantó más sufrimiento, y se apagó.

Pero Amanda no quedó desamparada, el resto de su familia continuó la lucha.

La familia de Gina de Jesús hizo lo mismo, su madre Nancy Ruiz y su padre Félix nunca sacaron el dedo del renglón. Preguntaron, reclamaron, rezaron, y volvieron a preguntar, pero su dolorosa búsqueda de10 años no tuvo frutos, hasta ahora.

Un amigo de la familia De Jesús me dijo que Félix y Nancy se envejecieron considerablemente en el proceso, que nunca se mudaron de casa porque quería que Gina siempre supiera dónde encontrarlos y que cada automóvil sospechoso que pasaba por su vecindario llamaba su atención, pensaban que en el podía venir Gina.

2Ti 3:6  Pues son de los que se las ingenian para meterse en las casas de otros y ganarse la confianza de* mujeres vulnerables..............que terrible accion de estos hombres.

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