domingo, 4 de agosto de 2013

Toma de la Bastilla

La Toma de la Bastilla se produjo en París el martes 14 de julio de 1789. A pesar de que la fortaleza medieval conocida como la Bastilla sólo custodiaba a siete prisioneros, su caída en manos de los revolucionarios parisinos supuso simbólicamente el fin del Antiguo Régimen y el punto inicial de la Revolución francesa. La rendición de la prisión, símbolo del despotismo de la monarquía francesa, provocó un auténtico seísmo social tanto en Francia como en el resto de Europa, llegando sus ecos hasta la lejana Rusia.
Hubo sabios antiguos, muy versados en la cultura griega, que se avergonzaban del Antiguo Testamento y no percibían la profunda unidad. También hoy muchos cristianos, que se consideran muy espirituales, quisieran dejar solamente el Nuevo Testamento.
 Es un error muy grave porque rechaza la etapa de la promesa, la pedagogía divina, el largo proceso que conduce a la encarnación del Verbo divino. En el fondo es un puritanismo moral que no comprende que el amor de Dios se abre paso incluso a través del pecado del hombre y de costumbres bárbaras.

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