jueves, 23 de mayo de 2013

Consummatum est.

Los aztecas eran politeistas (adoraban a varios dioses) y creian que si la sangre humana no era ofrecida al dios Sol, este dejara de funcionar y se apagaria sumiendo en oscuridad al mundo. Los sacrificios humanos eran ofrecidos a:

Huitzilopochtli o Tezcatlipoca: El sacrificado era colocado en una piedra por cuatro sacerdotes y un quinto sacerdote extraía, con un cuchillo, el corazón del guerrero vivo para alimentar a sus dios.
Tlaloc: Anualmente eran sacrificados niños en las cumbres de las montañas. Se creía que cuando más criaturas llorasen, más lluvia el Dios proveería. Miles en América precolombina fueron  víctimas humanas (muchos de ellos prisioneros de guerra) ofrecidos  anualmente de conformidad con el calendario ritual azteca complejo; sacrificio humano también se produjeron en menor escala entre los mayas y los diversos grupos andinos y el norte de los indios americanos. Aprendemos de la Epístola a los Hebreos que había sacrificios en sí mismos sin ningún valor o eficacia. PERO EL SACRIFICIO DE CRISTO FUE PERFECTO Y EFICAZ.  Igualmente, cuando todo estuvo cumplido, cuando tocó el fondo de todos los dolores y de todas la humillaciones, pudo proferir su
Consummatum est. Sí, “todo está consumado”; 

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